¿CÓMO ELEGIR UN BUEN TEMA PARA TU TRABAJO DE GRADO O TESIS SIN FRUSTRARTE EN EL INTENTO?

Elegir el tema para tu trabajo de grado o tesis puede ser una de las decisiones más difíciles en la vida universitaria. Algunos estudiantes lo postergan por miedo a equivocarse, mientras que otros se precipitan y luego se arrepienten. Lo cierto es que un buen tema no solo facilita el proceso de investigación, sino que también puede abrirte puertas académicas o laborales en el futuro.

A continuación, te comparto una guía completa para elegir un tema sólido, viable y, sobre todo, que no se convierta en una carga emocional durante el semestre final.

 

  1. Parte de tus intereses personales y profesionales

La motivación es clave cuando se trata de trabajar durante semanas o meses en un solo proyecto. Por eso, lo ideal es elegir un tema que realmente te interese o que esté alineado con tu carrera profesional. Pregúntate:

  • ¿Qué temas disfruto más estudiar?
  • ¿En qué materias me fue mejor?
  • ¿Qué problemas del entorno me gustaría analizar o resolver?

Si estudias Derecho y te apasionan los derechos laborales, quizás podrías enfocarte en la protección del trabajador informal. Si estás en Psicología y te interesa la niñez, podrías investigar el impacto del juego en el desarrollo cognitivo infantil. Elegir un tema que te mueva internamente hará que disfrutes más del proceso.

 

  1. Asegúrate de que sea viable

El entusiasmo por un tema debe ir acompañado de una evaluación realista sobre si puedes desarrollarlo dentro del tiempo y los recursos disponibles. Revisa:

  • ¿Hay suficiente bibliografía sobre el tema?
  • ¿Tengo acceso a fuentes primarias o casos para analizar?
  • ¿Es posible delimitarlo en un enfoque claro?

Por ejemplo, no es recomendable plantear un trabajo que requiera entrevistas con población de difícil acceso, si no tienes experiencia ni permisos éticos para hacerlo. Si deseas hacer una investigación cuantitativa, asegúrate de contar con las herramientas o conocimientos necesarios para procesar los datos.

 

  1. Delimita: de lo general a lo específico

Uno de los errores más comunes es elegir un tema demasiado amplio, lo que hace que el trabajo se vuelva inabarcable. El secreto está en delimitar bien: acotar el tema por tiempo, espacio, grupo poblacional o enfoque.

Por ejemplo, en lugar de “La educación virtual en Colombia”, podrías plantear:
👉 “Impacto de la educación virtual sincrónica en el rendimiento académico de estudiantes de Derecho de la Universidad X durante la pandemia de 2020”.

La diferencia está en la precisión. Mientras más acotado sea tu tema, más profundización y mejor análisis podrás hacer.

 

  1. Investiga antecedentes y vacíos

Antes de decidirte por un tema, realiza una búsqueda exploratoria en:

  • Google Scholar
  • Repositorios de tu universidad
  • Bases de datos académicas

Lee otras tesis o artículos relacionados para asegurarte de que no estés repitiendo lo mismo. Eso sí, si encuentras que el tema ya fue trabajado, puedes abordarlo desde otro enfoque, comparar contextos o actualizar los datos. Detectar un “vacío” en la literatura puede incluso volverse tu principal justificación.

 

  1. Evalúa su aporte académico y social

Tu tema debe aportar valor. No necesitas descubrir algo completamente nuevo, pero sí debes justificar por qué es relevante estudiarlo. ¿Contribuirá a mejorar prácticas institucionales? ¿Aportará soluciones a una problemática actual? ¿Fortalecerá el conocimiento en un área poco explorada?

Este tipo de preguntas te ayudarán a construir un marco teórico robusto y a convencer al jurado de que tu investigación vale la pena.

  1. Consulta con docentes o asesores académicos

Una excelente práctica es socializar tu idea con personas expertas. Tus docentes, asesores o incluso servicios de apoyo como Mentes Veloces pueden ayudarte a afinar tu idea, plantear objetivos alcanzables y evitar errores comunes desde el principio.

Muchos estudiantes se frustran por no pedir ayuda a tiempo. Recuerda: una buena idea no vale nada si no sabes cómo ejecutarla.

 

  1. Redacta un borrador de título y objetivos

Cuando ya tengas una idea definida, intenta escribir un título tentativo y tres objetivos (uno general y dos específicos). Esta simple práctica te obligará a pensar con claridad en lo que deseas lograr. Si te cuesta redactar los objetivos, probablemente el tema aún esté muy confuso o mal delimitado.

Un ejemplo de título podría ser:
📝 “La incidencia de la flexibilidad laboral en la salud mental de trabajadores remotos en Bogotá durante el 2021”

Objetivo general:
📌 Analizar cómo la flexibilidad laboral afecta la salud mental de trabajadores que laboraron desde casa en Bogotá en el 2021.

 

Conclusión: el mejor tema es el que puedes y quieres trabajar

Elegir el tema correcto no es cuestión de suerte, sino de reflexión, análisis y planificación. Combina tus intereses personales con la viabilidad académica, delimita bien tu enfoque, y no dudes en pedir retroalimentación.

En Mentes Veloces te acompañamos desde la elección del tema hasta la sustentación final. Recuerda que un buen comienzo garantiza un mejor final.

¡Confía en tu proceso y haz que tu trabajo de grado sea una oportunidad de brillar!

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